jueves, 31 de julio de 2008

-Atrapado en el reflejo de un pensamiento-


Una silla me observa e intenta leerme la mente. Lo lleva claro hace tiempo que deje de pensar. La lámpara me ciega con su tenue luz y el sofá me engulle lentamente. Mi pluma garabatea sobre papel cuadriculado algunas sandeces como estas y el piano hace sonar unas manos en el aparato de música. La marea sube y baja por las escaleras y yo le digo que pare con la mirada ya que, estoy esperando. Espero a que en esta hora crepuscular aparezca una musa que a precio razonable me venda inspiración embotellada pero, eso resulta difícil porque todas ellas murieron y tan solo queda su reflejo en las estrellas de octubre. La televisión atrapa en su interior a un hombre delgado y con patillas y un cuaderno de tapa negra y su pluma granate que me observa con la corazón partida mientras sus ojos chillan:
- Sálvame, no me dejes a solas con ellos.-
Yo bajo la mirada a estas líneas. Me da un poco de pena pero, ellos saben que ya no puede salvarse y que es cuestión de tiempo. Entonces, el hombre del televisor se levanta y se va. Yo me quedo viendo como yo soy el reflejo de ese hombre, el atrapado y mis ojos mientras tanto, empiezan a chillar:
-Sálvame, no me dejes a solas con ellos…

1 comentario:

epa dijo...

Askotan ematen du memoriak failatu egingo digula, zahartzen ari garela eta ez dagoela beste erremediorik.

Hau ez da guztiz egia (oraindik), eta eskerrak.

Bere bizitzari buruz izan ezik beste edozerri buruz hitz egiten dakien baten partetik,