viernes, 3 de abril de 2009

...Flip flup flap


Siento. Siento de alguna manera estrambótica debajo de mi oreja izquierda que esta vez lo conseguiré.
El sistema es sencillo, arcaico. Antiguo. La mariposa será conservada, por siempre hermosa, por siempre nuestra, si la atravesamos con una aguja y la dejamos así, prisionera de una aguja y una base.
¿Qué son las palabras sino agujas? ¿Qué es el papel sino la base primordial? ¿Qué es la pasión, el motor de la vida? Pues una mariposa. Mariposa: Criatura misteriosa que nos crea un cosquilleo extraño en la boca del estómago. Es un ser bamboleante boluptulante blamplublampte. Humo de incienso. O de cigarro, o de explosión. Volcánico. Flap, flup, flap.
Y conseguiré atraparte de una vez, sobre el papel, y la inspiración agonizará para mí por siempre atrapada por una aguja de coser.
Pero las palabras son agudas. Hay que tener cuidado cómo usarlas. Porque puede que, si no tengo cuidado, si termino envolviéndome yo mismo de su magia, se me claven en las yemas de los dedos y entre gotas brillantes de sangre roja mi alma agonice sobre el papel y acabe yo momificado sobre la blancura del papel, agonizando eternamente, siervo de la inspiración, de la pasión y de la vida misma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

excesiva utilizacion del verbo agonizar.. pero bella escritura, con esencia propia