Estuve buscando un poema
y me perdí.
Me perdí en mil libros,
en mil almas sin huella.
Mil poemas sin un poema,
mi poema.
Seguí buscando un poema
y me encontré
en una noche sin día
en la que de los árboles,
muertos
caían hojas,
muertas
que hablaban de poemas
muertos.
Retomé mi búsqueda perdida
y me escondí.
Me escondí en un rincón desconocido
de mi vida ajena a mí.
Mi vida vivida por una parte mí,
una parte que dormía en un rincón
donde un poema,
arrugado,
en un papel de servilleta,
emborronado,
me buscaba.
Me perdí en mil libros,
en mil almas sin huella.
Mil poemas sin un poema,
mi poema.
Seguí buscando un poema
y me encontré
en una noche sin día
en la que de los árboles,
muertos
caían hojas,
muertas
que hablaban de poemas
muertos.
Retomé mi búsqueda perdida
y me escondí.
Me escondí en un rincón desconocido
de mi vida ajena a mí.
Mi vida vivida por una parte mí,
una parte que dormía en un rincón
donde un poema,
arrugado,
en un papel de servilleta,
emborronado,
me buscaba.
1 comentario:
Hay que empezar a pasar nuestros textos a servilletas, no a papel.
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