domingo, 11 de abril de 2010

El malecón


Más allá de mis poemas está el malecón
en el que tus ojos se estrellaban contra mis labios
duchándome con la espuma de tu retina.

Allí, del charco que formaron nuestras lágrimas
nació un duende sediento de experiencias
en el fondo de cuya mirada se podía ver
el sabor que dejaban en mis manos tus caricias.


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