martes, 26 de octubre de 2010

Pinceladas ("traducción")

Dio un par de pinceladas al hemisferio izquierdo de su cerebro. No le gustó lo que encontró por allí y se fue al derecho: tulipanes morados en un mar de nueces.

Cogió el pincel y se volvió al hemisferio izquierdo. Hormigas esta vez. Millones de hormigas que en el vacío moldeaban terroríficas formas. Las pintó de verde y se cogió un puñado para llevárselas al hemisferio derecho.

- ¡Las ocho y media! ¡Hora de cenar! ¡Date prisa Claudine!

Su madre la pilló por sorpresa en el hemisferio derecho y de momento no tenía más que un puñado de hormigas verdes, tulipanes morados y un mar de nueces.

El lienzo blanco ahogaba su mirada igual que los gritos de su madre.

- ¡Claudine! ¡Te he dicho que vengas a cenar! ¡Se te va a enfriar la sopa!

Sacó el pincel del hemisferio derecho y se lo llevó a la mano izquierda. Al mismo tiempo, dirigió su mirada estéril al cuadro que tenía delante. Las hormigas verdes, escapando de su hemisferio izquierdo trepaban en zig-zag de una esquina a otra del lienzo.

Un miedo maníaco aprisionó a Claudine en sus maliciosas garras para empujarla a la violencia desesperada. Mientras su madre aporreaba la puerta la chica se esforzaba en asesinar hormigas una a una con su pincel a modo de navaja. Daba una puñalada por hormiga. Pinceladas mortales envueltas en gritos de verde desgarrador.

“No creo que ese lienzo agujereado que cuelga en la galería sea la representación de las dudas existenciales que atormentan al autor Igor”

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